sábado, 4 de julio de 2009

El mito del voto blanco

Por Shimy (publicado originalmente en Globedia)

Reza el llamado a anular el voto que ello deribará en una muestra de protesta ante la ineficacia de nuestro sistema de partidos y el rechazo hacia los plurinominales. La realidad es que el voto blanco es un voto que cuenta pero a favor de la representación proporcional

¿A Quién castigamos anulando nuestro voto? Al igual que las elcciones presidenciales, las elecciones intermedias ocurren cada seis años, desde 1997 se ha visto en aumento el porcentaje del voto nulo registrando en ese año 2.8% y en el 2003 el 3.4%. ¿Qué porcentaje de votos nulos se esperan para 2009? Segun el reporte de junio de la Consulta Mitofsky, el PRI obtendrá el 34 por ciento de las preferencias; el PAN el 31 por ciento; el PRD el 15 por ciento y todos los demás partidos juntos llegan al 13 por ciento. destaca también que el PVEM llega al 6 por ciento y que 4 de los 5 partidos menores superarían la barrera del 2 por ciento, dejando fuera únicamente al PSD. Lo anterior, basándose en el grupo de ciudadanos con mayor propensión a asistir a las urnas. Igualmente en su reporte de junio la casa encuestadora IPSOS-BIMSA señala que el incremento de la anulación del voto pasó de un 3 por ciento a un 11 por ciento (periodo comprendido de enero a los últimos días de mayo) lo que implica un crecimiento de 8 puntos porcentuales, de continuar ese ritmo para principios de julio la anulación podría alcanzar el 15 por ciento.

El llamado al voto blanco es un movimiento de "protesta", que reprueba la representación proporcional e invita al electorado a unirse en contra del "mal gobierno" dejando la boleta en blanco el próximo 5 de julio. Presuntamente al anular el voto dejamos un mensaje de "inconformidad" y "sacudimos" a la clase política. Al parecer las intenciones son loables pero, ¿quién está detrás del voto blanco? Gabriel Hinojosa Rivero -primo del presidente Felipe Calderón, que se había desempeñado como encargado de los "amigos de Fox" en Puebla. Quien fuera consejero estatal del PAN y candidato a diputado federal por el distrito VII (Tepeaca, Puebla)- es el principal impulsor de la campaña: Tache a Todos (la campaña del voto en blanco). Dulce Maria Sauri -ex dirigente nacional del PRI- también ha manifestado su adhesión al voto blanco. Dos políticos experimentados a favor de un movimiento que presuntamente está en contra de los "poderes fácticos", ¿raro? No tanto.

Veamos, el COFIPE señala en su atículo 12 que:

1. Para los efectos de la aplicación de la fracción II del artículo 54 de la Constitución, se entiende por votación total emitida la suma de todos los votos depositados en las urnas.

2. En aplicación de la fracción III del artículo 54 de la constitución, para la asignación de diputados de representación proporcional, se entenderá como votación nacional emitida la que resulte de deducir de la votación total emitida, los votos a favor de los partidos políticos que no hayan obtenido el dos por ciento y los votos nulos.

Lo que significa que nuestro "voto de protesta" se convierte en un voto que cuenta a favor de la representación proporcional, un voto a favor del corporativismo. El voto blanco, visto como la única esperanza que hará temblar los intereses de las principales fuerzas políticas de nuestro país, no es más que una burla a las buenas intenciones de los ciudadanos concientes. Si de verdad buscamos un cambio radical hay que hacer valer lo que pensamos, reflexionar y emitir un voto razonado. El PRI, PAN y el PRD nos han puesto las reglas del juego.

El IFE registra poco más de 76 millones de personas en condiciones de votar, de las cuales se estima que cerca de 47 millones se abstengan. Y aún cuando de las casi 30 millones de personas que votarían este 5 de julio el 15%, o más, anulen su voto la elección no se derogara. Si queremos que las cosas sigan igual lo mejor es no votar, o hacerlo por los partidos de siempre, o emitir un "voto blanco". Si buscamos cambiar algo lo mejor es razonar nuestra participación.